Sandhorst es una comunidad del pueblo Nivaclé en el Chaco Central, donde Paraguay Okakuaa ha implementado talleres de sensibilización sobre derechos laborales, así como la campaña de comunicación «Chaco paraguayo con trabajo decente». Allí, la mayoría de las mujeres indígenas se dedican al trabajo doméstico remunerado, y en el caso de los hombres, realizan diferentes trabajos dentro de las estancias.

En esta parte del país, la falta de conocimiento cerca de los derechos laborales hace que los pueblos indígenas sean vulnerables hasta tal punto de que no sean conscientes de cuánto dinero deberían recibir por su trabajo. Esto generalmente significa un salario más bajo que el establecido por la ley. La ignorancia de la ley se entrecruza, además, con la discriminación histórica que enfrentan los pueblos indígenas: Existe la creencia de que los derechos laborales están garantizados solo para “los paraguayos». En este contexto, los talleres de sensibilización han sido clave para que los hombres y mujeres indígenas conozcan sus derechos laborales y se reconozcan a sí mismos como sujetos de derecho.

En el caso de Pascuala, los talleres le abrieron los ojos y la empoderaron en sus derechos laborales. «Trabajé todos los jueves en la casa de una señora que me pagaba solo 25.000 guaraníes por jornada«. Ella recuerda la primera charla a la que asistió, en la cual la consultora del proyecto comentó que el salario mínimo para el trabajo doméstico es de 48.800 guaraníes por día. «La capacitación me ayudó mucho, porque no sabía que los indígenas debían ganar como los demás«. Ese empoderamiento le permitió hablar con su empleador y exigir un aumento. Hoy, Pascuala gana el doble de lo que solía cobrar: «Ahora me paga 40.000 guaraníes y a veces también me da algo de carne«.